lunes, octubre 27

Murió Björn Andrésen, el inolvidable «niño más hermoso del mundo» con una vida marcada por la tragedia

El ángel de porcelana de «Muerte en Venecia» nos dejó. Björn Andrésen, el rostro que encandiló al mundo como Tadzio, se apagó a los 70 años. Su vida fue un calvario: la fama precoz, que lo convirtió en «el chico más bello del mundo», también lo arrastró a un infierno de adicciones, aislamiento y un dolor que nunca pudo dejar atrás. Su último suspiro en pantalla fue en la perturbadora «Midsommar» en 2019, pero la verdadera tragedia se escribió mucho antes.

La noticia, que llegó de la mano de la codirectora del documental que se atrevió a hurgar en su alma, «El chico más bello del mundo», confirmó lo que muchos temían: el actor sueco Björn Andrésen ya no está. Tenía 70 años y había sido, alguna vez, el deseo prohibido de millones. ¿Lo recuerdan? Sí, hablamos del inigualable Tadzio de «Muerte en Venecia» (1971), esa obra maestra de Luchino Visconti que lo catapultó a los 15 años a una fama que sería su bendición y su maldición. Ese rostro angelical, esa belleza etérea que obsesionó al mismísimo Visconti y al protagonista de la historia de Thomas Mann, lo convirtió en un icono global. ¿Quién no suspiró por «el niño más hermoso del mundo»?

«Me sentí como una presa»: el grito de un ángel roto

Pero, ¿cuál fue el precio de esa belleza impoluta, de esa fama que llegó de golpe? ¡Altísimo! Björn Andrésen no dudó en decirlo años después: «Me sentí como una presa lanzada a los lobos». Imaginen la presión, el escrutinio, la objetivación. Aunque el rodaje de «Muerte en Venecia» no tuvo dramas (o eso decía), fue lo que vino después lo que le rompió el alma. Esa exposición brutal, esa mirada constante del mundo sobre su «perfección», lo sumergió en un pozo sin fondo de depresión y, claro, la maldita adicción a las drogas.

La tragedia que venía de antes: sin padre, sin madre

Porque la historia de Björn Andrésen no empezó con el glamour de Visconti. Nació en Estocolmo, en 1955, sin conocer a su padre. Y la vida, que ya venía golpeando duro, le quitó a su madre por suicidio ¡cuando apenas tenía diez años! Criado por sus abuelos, ellos fueron quienes, ironías del destino, lo empujaron al mundo de la actuación. Intentó seguir en la movida, hizo música, otros papeles, pero la sombra de Tadzio, la de «Muerte en Venecia», era demasiado larga. Nunca pudo escapar de ese fantasma. Fue recién en 2021, con el estreno del documental «El chico más bello del mundo» (dirigido por Kristina Lindström y Kristian Petri), que el público pudo ver al verdadero Björn: un hombre atormentado, buscando no la fama, sino la paz, el anonimato.

El regreso a la pantalla, ¡y de terror!

Pero la vida, o el cine, a veces da giros inesperados. ¿Se acuerdan de «Midsommar» (2019), esa película de terror que nos voló la cabeza? ¡Sí, la de Ari Aster! Ahí, en un papel breve pero impactante, como uno de los ancianos de una comunidad ritual, reapareció Björn Andrésen. Fue su última vez en pantalla, un guiño para quienes lo recordaban, una confirmación de que, a pesar de todo, el arte lo seguía llamando. Un final de ciclo para un actor que, más allá de «Muerte en Venecia» y su apodo de «el chico más bello del mundo», dejó una huella imborrable. No solo por la imagen que encandiló a generaciones, sino por la historia de dolor y supervivencia que se escondía detrás de esos ojos angelicales. Björn Andrésen se fue, pero su leyenda, la del ángel atormentado, ¡esa sí que es inmortal!