Ecuador se impuso con justicia ante Argentina en Guayaquil, repitiendo la superioridad mostrada el año pasado en la Copa América, aunque en aquella ocasión la Albiceleste logró avanzar por penales tras un partido desfavorable. Esta vez, el triunfo ecuatoriano fue inobjetable.
Un primer tiempo para el olvido de Argentina
En un contraste abismal con el rendimiento exhibido frente a Venezuela días atrás, la selección argentina mostró una preocupante incapacidad para controlar el balón y generar peligro en el arco rival durante la primera mitad. La propuesta de juego de Scaloni, basada en la posesión y la vocación ofensiva, estuvo ausente. A la falta de fluidez en ataque, se sumó la expulsión de Otamendi por una falta como último recurso sobre Enner Valencia, dejando a Argentina con diez hombres a la media hora de juego. El ingreso de Foyth en lugar de Simeone buscó rearmar la defensa, pero no logró contener el dominio ecuatoriano. Para colmo, en tiempo de descuento, Tagliafico cometió un penal por un codazo sobre Preciado, que Valencia transformó en gol.
La expulsión de Caicedo equilibra el juego
El segundo tiempo arrancó con una buena noticia para Argentina: la expulsión de Caicedo por doble amonestación igualó numéricamente el encuentro. Con diez jugadores por lado, Ecuador cedió terreno y Argentina, aunque sin claridad, comenzó a manejar la pelota. Sin embargo, la falta de frescura y la lentitud en las transiciones impidieron generar situaciones de real peligro.
Cambios sin efecto para la Albiceleste
Scaloni intentó modificar el rumbo del partido con los ingresos de Mastantuono y Julián Álvarez, buscando mayor dinamismo en ataque. Posteriormente, Lo Celso reemplazó a un agotado De Paul. A pesar de la posesión, Argentina careció de ideas en los últimos metros y no supo qué hacer con la pelota. Ecuador, bien parado en defensa, neutralizó cada intento argentino, mientras que en un contragolpe, el Dibu Martínez salvó a su equipo de un segundo gol.
Una actuación decepcionante de Argentina
La selección argentina ofreció una imagen pálida y decepcionante, muy lejos del nivel exhibido ante Venezuela. Faltó dominio, claridad y profundidad. Ecuador, por su parte, supo capitalizar las falencias del campeón del mundo y se tomó revancha de la eliminación del año pasado en la Copa América. La Albiceleste deberá replantear su juego de cara a los próximos compromisos.