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En las próximas Olimpíadas, las medallas estarán hechas de basura electrónica

Los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) son uno de los grandes desafíos ambientales de nuestra era, y el Comité Olímpico de Tokio 2020 no planea quedarse afuera de esta lucha.

 

Los aparatos eléctricos y electrónicos tienen un ciclo de vida que los convierte, más temprano que tarde, en aparatos obsoletos. Allí es cuando se convierten en basura electrónica. El problema con este tipo de residuos es que, como muchos otros, no es tratado adecuadamente, y termina siendo dispuesto en rellenos sanitarios o vertederos a cielo abierto. Al reaccionar con el agua y la materia orgánica, propia de sitios como los mencionados, liberan compuestos de características peligrosas, afectando al ambiente en general.

Los aparatos en cuestión son aquellos que, para funcionar debidamente, necesitan corriente eléctrica o campos electromagnéticos y, también, los aparatos necesarios para generar, transmitir y medir dichas corrientes y campos. Compuestos por metales pesados como cadmio, plomo, níquel, mercurio y plásticos bromados, los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) son una amenaza real para nuestro planeta. De hecho, en nuestro país se desechan más de 100 000 toneladas de basura electrónica al año.

En este panorama, el Comité Olímpico de Tokio 2020 se dispuso a aprovechar la basura electrónica como insumo para producir las primeras medallas 100% recicladas. Si bien esto no es una novedad, ya que en los Juegos de Invierno de Vancouver 2010, el 1,5% de los trofeos provino de material reciclable, mientras que en el caso de Río 2016, ese valor aumentó al 30%, se trata de la primera vez que se extenderá a la totalidad de los premios.

Para cumplir su objetivo, los organizadores se propusieron recolectar 2700 kilogramos de bronce, 4100 de plata y 30,3 de oro. Por el momento, ya llevan un total de 48 000 toneladas de basura electrónica, gracias a la colaboración de la gente de Tokio, que depositó sus residuos —y continúa haciéndolo— en contenedores especiales ubicados en las principales avenidas de la ciudad. Una vez alcanzados los valores necesarios para hacer todas las medallas, serán pasados por un proceso de fundición y desmontados por profesionales, para obtener los elementos de oro, plata y bronce.

Una gran iniciativa que servirá de ejemplo en un evento que paraliza a todo el planeta.

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