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En la construcción, también hay cascos blancos para las mujeres

La presencia femenina en todos los campos crece a paso sostenido. Aquí, tres profesionales cuentan su día a día al frente de la ejecución técnica de una obra que se erige en el norte de la ciudad.

 

¿Ustedes son de Higiene y seguridad?

Mmm, no.

Es un diálogo breve que probablemente se escuche cada vez menos en un obrador donde hay mujeres. Pero es una pregunta que habrán tenido que responder más de una vez Florencia Farías, Paula Perín y Sabrina Porta, Ingeniera Civil y Arquitectas (respectivamente). Por estos días y durante los próximos meses, las tres profesionales estarán al frente de la ampliación de un súper mayorista ubicado en esta capital, a la vera de la ruta 11. Están a cargo de la obra civil, «desde las fundaciones hasta la arquitectura dentro del comercio mientras éste permanece activo», y para identificarlas rápidamente en medio del amplio terreno en el que se erigen estructuras y se desplazan máquinas de gran porte, se las puede buscar por el color del casco, que es blanco.

No es ocioso el dato: en construcción, el color de este elemento de seguridad indica roles: blanco para capataces, gerentes, supervisores, arquitectos e ingenieros; amarillo para operarios; azules para personal de montaje y electricidad; naranja para sanitaristas, y verde para higiene y seguridad. Conocer este código permite identificar rápidamente a la o las personas que desempeñan cada tarea.

Un jueves a la mañana, con el sol aún piadoso y el viento que atenúa la temperatura de enero, el predio ubicado en Mons. Rodríguez casi llegando a la ruta 11 es un mar de cascos de diferentes colores. Y la ambientación se va construyendo con el ruido de máquinas de gran porte, golpes de herramientas e indicaciones a viva voz.

Dentro de la oficina, la entrevista con Farías, Perín y Porta se acerca más a una charla informal matizada con anécdotas y muchas risas. Es que son varias buenas noticias: que 2021 arranque con obras en construcción luego de un año complicado por la pandemia es ya un buen auspicio. Y que tres mujeres se encuentren a cargo de una obra civil de esta envergadura, también.

Desde el obrador se observa cómo va tomando forma el nuevo edificio: «Ya tenemos ejecutadas todas las fundaciones de los elementos estructurales. En este momento se está haciendo el montaje de la estructura metálica que va a recibir la cubierta y el cerramiento lateral de la planta propiamente dicha. Una vez que esta planta esté ejecutada, tenemos que hacer la demolición del muro oeste existente para que todo quede conectado», resumen en pocas líneas un trabajo que requirió meses de planificación y realización, y años de estudio.

Muchísimo más tiempo demandó llegar al punto en que tres mujeres profesionales figuren en los créditos de quienes están a cargo de los rubros técnicos de la obra.

¿Todavía es extraordinario?

Porta: Fue mejorando, se fue incorporando de a poco la presencia femenina en las obras. Al principio, a la misma gente de obra le parecía raro ver a una mujer, y ahora ya está más normalizado. Desde jefatura de obra hasta seguridad e higiene, hay mujeres.

Las tres se conocían: Porta y Perín cursaron juntas la carrera de Arquitectura y Diseño y se recibieron al mismo tiempo, pero es la primera vez que la ejecución técnica de una obra las reúne. En este caso son alrededor de 30 personas las que participan en la construcción, entre personal propio y subcontratos.

¿Todos varones?

Farías: Todos varones. Cero problemas. Hasta notamos que es más fácil el trato con las mujeres, hay mucho respeto.

Perín: Esta es una etapa que requiere más fuerza, sin excluir. Hay otros rubros en los que unas y otros tienen las mismas posibilidades de llevar adelante los trabajos, pero en el rubro grueso de hormigón se demanda mucha exigencia física.

Las tres estudiaron en Santa Fe: Arquitectura en la Universidad Nacional de Santa Fe, e Ingeniería Civil en la Universidad Tecnológica Nacional.

Farías: Cuando empecé en la UTN, sobre un curso de 50 éramos 6 mujeres. Pero actualmente los cursos son mucho más grandes y cada vez más equitativos. La Ingeniería Civil es una de las carreras que tiene mucho desempeño para una mujer: cada vez se nos ve más en obras, pero también en otras áreas como cálculo, proyecto, infraestructura.

Porta: En Arquitectura es más habitual la presencia de mujeres, pero hay muchos varones también; es más equilibrada la presencia de ambos.

El hecho de que haya mujeres al frente de una obra, ¿le da una impronta distinta?

Farías: Creo que las obras que funcionan con mujeres tienden a ser más ordenadas porque a lo mejor es una de las cualidades a las que les prestamos atención.

Porta: Se hace más amena la relación con proveedores, contratistas, con la gente que trabaja, con los capataces.

¿Ustedes se sienten cómodas también?

Sí (responden al unísono). Jamás una falta de respeto, jamás un problema.

Estar al frente de una obra requiere muchas horas diarias de presencia efectiva: 9 ó 10, más de una vez un plazo mayor, a veces con sábados incluidos. «Tenés que estar, la responsabilidad es de una». Y, en algunas circunstancias esa demanda se puede ver como un obstáculo o un freno a la hora de decidir una carrera.

No es el caso de las tres entrevistadas. Farías tiene un bebé de 7 meses y admite que «la obra demanda mucho tiempo y logística de organización familiar». Porta reconoce que «cuando estás en obra tenés que estar todo el tiempo, entregarle tu vida (se ríe de su propia expresión). «Es así, tu cabeza es la obra», define Perín.

¿Cómo lo resuelven? «Mi pareja me acompaña muchísimo; con un bebé, la nuestra es una organización de todos los días entre uno y otro»; «La concepción de la mujer en la pareja cambió completamente; no existe más eso de que ‘yo me hago cargo de mi hijo mientras vos trabajás'»; «Trabajamos muchas horas, la mayoría del tiempo estamos fuera de casa y el hombre pasó a encargarse de un montón de tareas que antes hacía la mujer», opinan. Pero destacan también el respaldo de la empresa (Mundo Construcciones): «La empresa me acompañó en todo momento, durante el embarazo y ahora durante la maternidad», señala Farías cuando se refiere a su condición de profesional y madre.

La charla rumbea hacia las elecciones personales, ésas que llevaron a cada una a elegir la carrera que en este momento las reúne a la misma edad -sí, las tres tienen 33-, en un proyecto común desde ambas disciplinas. «Para nuestras profesiones es fundamental estar en una obra, vivir el proceso. Es duro pero la satisfacción que te genera cuando la terminaste, transitar el proceso de construcción y ver la gente usando ese espacio… Eso es lo que te devuelve la profesión», se entusiasma Porta.

Bajo el concepto de igualdad de oportunidades, una persona sólo debería imaginar el lugar donde quiere estar para iniciar el camino hasta llegar a su objetivo. Desde la perspectiva de género, los roles han cambiado de tal forma en los últimos años que una niña puede pensarse científica y presidenta. O ingeniera y arquitecta; como aquellas que en las obras llevan los cascos color blanco.

 

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