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Las adopciones de adolescentes en la provincia no paran de crecer

Lo reflejan estadísticas oficiales, que evidencian un aumento en los últimos tres años. Piden responsabilidad a quienes se inscriben en el registro.

 

La gente entendió que si se anotaba para adoptar a un niño de hasta 3 años
«La gente entendió que si se anotaba para adoptar a un niño de hasta 3 años, iba a estar 10 años aguardando porque en esa situación hay 400 personas y apenas 10 chicos», sostienen.
00:00 hs – Martes 13 de Agosto de 2019

El secretario de Gestión Pública, Matías Figueroa Escauriza, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, reveló que en los últimos tres años aumentó considerablemente el número de adopciones de adolescentes en la provincia y alentó a las familias que se inscriban en el Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga) a hacerlo «de manera responsable».

En declaraciones a La Capital, Figueroa Escauriza señaló que a partir de la situación de los cuatro hermanitos de San Lorenzo que buscan una familia desde hace varios meses, «todavía se están evaluando anotados. Hasta la semana pasada, según los informes del Ruaga, no teníamos alguna familia firme», admitió (ver aparte).

Asimismo, recordó que «en el Ruaga siempre hay nenes que llegan por oficio judicial, grupos de hermanitos, chicos con discapacidad. Siempre hay que saber que hay chicos esperando sin importar la época del año. No sólo bebes, sino chicos de cualquier edad que esperan una oportunidad», destacó.

En tal sentido, remarcó que «siempre hubo adolescentes en el sistema de adopciones, pero antes no había familias que los adoptaran».

El titular de la secretaria de Gestión Pública comentó que, desde que asumió en 2016, «el número de adopciones en la provincia se incrementó considerablemente. Cuando asumimos en 2016 tuvimos 49 adopciones en toda la provincia. De esas, sólo tres eran chicos de más de tres años».

Al desglosar algunas estadísticas, el funcionario comentó que «después del 2017, con los cambios que efectuamos en el Ruaga, pasamos a tener 102 adopciones, de las cuales 55 fueron niños y niñas de más de 8 años. Allí comenzaron con las adopciones de adolescentes, que antes no existían en Santa Fe», puntualizó.

En ese orden, destacó que «en 2018 fueron 115 los procesos de adopción, de los cuales 57 fueron de chicos de más de ocho años y el resto de 0 a 3 años. Se aumentó muchísimo la adopción de adolescentes en la provincia y subieron más del 100 por ciento de un año a otro las adopciones de 0 a 3», remarcó.

Al analizar el crecimiento del número de chicos en adopción en el territorio provincial, planteó una doble lectura: «Siempre hubo adolescentes en el sistema de adopciones, pero antes no había familias. En Santa Fe estamos en un cambio de paradigma, donde se tomó la definición de contar los casos reales de adopción que había. Entonces la sociedad empezó a entender que la adopción no es sinónimo de bebé, que no existe edad para la adopción».

La provincia estableció una estrategia comunicacional para instalar esa idea. «Hicimos charlas en toda la provincia, lo que se llama la «espera activa» de la gente que se inscribe al Ruaga, diciéndole a la gente que si se anotaba para adoptar a un chico de 0 a 3 años iba a demorar como 10 años en lograrlo, porque en esa situación hay 400 personas y los casos por año no llegan a 10. Son datos duros, pero reales», explicó Figueroa Escauriza.

«Entonces, transparentamos la estadística y mucha gente empezó a ver que efectivamente quería adoptar y comenzó a plantear que podían y querían adoptar a un chico más grande. A partir de allí se modificó la disponibilidad adoptiva y se empezaron a concretar muchas adopciones», agregó.

Por último, explicó que los casos de los chicos que se dan en adopción son por diferentes variables. «Son pocos los casos que se dan porque las familias no tienen dinero para darles de comer», destacó el funcionario, y concluyó: «En los casos reales de adopción, siempre los chicos plantean una vulneración. Padres que les pegan, abusan sexualmente o psicológicamente de ellos. Pero pobreza no es sinónimo de adopción, que quede claro», subrayó.

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